Inversiones no financieras.
Conviene aclarar antes de nada que no me refiero aquí a la compra de vivienda habitual (ya que al tener la función de residencia no es exclusivamente una inversión). Inversión en vivienda es comprar una casa con el único objetivo de venderla o alquilarla para conseguir un beneficio. Al final del blog, dedicaré una entrada a comparar la compra de vivienda para residencia mediante una hipoteca frente a la opción del alquiler y dedicar al ahorro el dinero destinado a la compra.
Aclarado esto, veamos las principales características de la inversión inmobiliaria:
Para empezar no es muy accesible (requiere una cantidad muy grande). Una alternativa es invertir en un garaje, en lugar de una vivienda, pero aún así el dinero necesario es mucho mayor que en el caso de depósitos o acciones. En cualquier caso si no se tiene todo el dinero hay que pedir una hipoteca (lo cual es más arriesgado y reduce el beneficio).
El plazo de inversión suele ser de al menos unos pocos años. El mercado no es tan liquido como la Bolsa y lo normal es tardar unos meses en comprar o vender (aquí influyen mucho las circunstancias económicas).
El beneficio de una inversión de este tipo durante los años del boom o burbuja, era de un 20 % anual. Asimismo se asumía que eran inversiones seguras (la vivienda nunca baja). Aún así, la Bolsa ha tenido un comportamiento mucho mejor que la vivienda en esos años (algo que se suele desconocer).
Lo que si que es cierto es que no es un mercado tan volátil como la Bolsa, donde las tendencias pueden cambiar de un día para otro, pero por eso mismo a día de hoy no es inversión interesante aunque se tenga el dinero. En este sentido, si que es una inversión más tranquila, ya que no requiere hacer un seguimiento tan cercano.
Para empezar no es muy accesible (requiere una cantidad muy grande). Una alternativa es invertir en un garaje, en lugar de una vivienda, pero aún así el dinero necesario es mucho mayor que en el caso de depósitos o acciones. En cualquier caso si no se tiene todo el dinero hay que pedir una hipoteca (lo cual es más arriesgado y reduce el beneficio).
El plazo de inversión suele ser de al menos unos pocos años. El mercado no es tan liquido como la Bolsa y lo normal es tardar unos meses en comprar o vender (aquí influyen mucho las circunstancias económicas).
El beneficio de una inversión de este tipo durante los años del boom o burbuja, era de un 20 % anual. Asimismo se asumía que eran inversiones seguras (la vivienda nunca baja). Aún así, la Bolsa ha tenido un comportamiento mucho mejor que la vivienda en esos años (algo que se suele desconocer).
Lo que si que es cierto es que no es un mercado tan volátil como la Bolsa, donde las tendencias pueden cambiar de un día para otro, pero por eso mismo a día de hoy no es inversión interesante aunque se tenga el dinero. En este sentido, si que es una inversión más tranquila, ya que no requiere hacer un seguimiento tan cercano.
Inversiones financieras.
Bolsa.
Al invertir en bolsa compramos acciones que son participaciones de una empresa. El beneficio obtenido obtengo es la revalorización que tengan o el dividendo (reparto de beneficios entre los accionistas).
La bolsa es un mercado muy líquido, pero muy volátil. Es posible comprar y vender cuando se quiera (pagando las correspondientes comisiones a los brokers) y que ofrece beneficios (y perdidas) muy superiores a los de los depósitos bancarios (10 %, 20 %, 30 %, 40 %) pero con un riesgo muy alto.
Se suele considerar que a 5 años, las inversiones en bolsa es difícil que tengan perdidas, aunque esto siempre depende de cuan caro se haya comprado. Sin embargo, por la propia naturaleza del mercado es posible conseguir rentabilidades muy altas en plazos relativamente cortos (meses).
Por supuesto el riesgo es elevado, pero permite invertir con cantidades mucho más bajas que en vivienda. Para una operación de 3.000 €, los brokers más baratos cobran entre 4 € y 8 € (0,1 % - 0,2 %) en el Ibex 35, en otros mercados las tarifas pueden ser mayores (hasta 1 %). También se cobran comisiones de mantenimiento (aunque si se hacen suficientes operaciones no se suele cobrar) y por otros conceptos (cobro de dividendo).
Por otra parte hay una gran cantidad de productos (futuros, CFDs, derivados, calls y puts, ...) basados en bolsa que permiten invertir y ganar dinero incluso cuando la bolsa baja. Estos productos son muy interesantes porque permiten ganar dinero en condiciones adversas. Sin embargo tienen un riesgo muy elevado y por tanto no son adecuados para principiantes y no los trataremos aquí.
Mercados de deuda.
Los bonos de deuda son productos muy similares a los depósitos. A cambio de prestar un dinero a una institución (gobierno o empresa) durante un período de tiempo, obtenemos un interés a cambio. Suelen ser productos más rígidos que los depósitos (nada de cancelaciones anticipadas), pero a cambio pueden dar una rentabilidad mayor (aunque también menor).
Hay dos formas de invertir: directamente (mercado primario), que consiste en comprar bonos al emisor o indirectamente (mercado secundario) que consiste en comprar a alguien que ya los posee o vendérselos a alguien que quiera adquirirlos. En el mercado primario, la inversión está garantizada (se cobra el interés al vencimiento), no así en el mercado secundario ya que dependerá a que valor hayamos comprado y vendido. A cambio, el mercado secundario dota de cierta liquidez a los bonos de la que el primario carece.
También es posible perder todo o parte del dinero, si el emisor entra en bancarrota (generalmente empresas, pero también gobiernos). Por ello es importante la labor de las empresas de rating, para hacerse una idea del riesgo de nuestra inversión. En general, a mayor riesgo mayor interés que tiene que pagar el emisor.
Los bonos de deuda son productos muy similares a los depósitos. A cambio de prestar un dinero a una institución (gobierno o empresa) durante un período de tiempo, obtenemos un interés a cambio. Suelen ser productos más rígidos que los depósitos (nada de cancelaciones anticipadas), pero a cambio pueden dar una rentabilidad mayor (aunque también menor).
Hay dos formas de invertir: directamente (mercado primario), que consiste en comprar bonos al emisor o indirectamente (mercado secundario) que consiste en comprar a alguien que ya los posee o vendérselos a alguien que quiera adquirirlos. En el mercado primario, la inversión está garantizada (se cobra el interés al vencimiento), no así en el mercado secundario ya que dependerá a que valor hayamos comprado y vendido. A cambio, el mercado secundario dota de cierta liquidez a los bonos de la que el primario carece.
También es posible perder todo o parte del dinero, si el emisor entra en bancarrota (generalmente empresas, pero también gobiernos). Por ello es importante la labor de las empresas de rating, para hacerse una idea del riesgo de nuestra inversión. En general, a mayor riesgo mayor interés que tiene que pagar el emisor.
Fondos de inversión.
Cuando invierto en un fondo de inversión, compro participaciones de una cartera de valores que el gestor del fondo ha diseñado. Estos valores pueden ser acciones o productos de otros mercados (renta fija, materias primas, inversiones inmobiliarias, ...).
Lo interesante de esto, es que podemos invertir en empresas de muchos sectores de mucho lugares del mundo, con inversiones mínimas relativamente bajas (comparadas por ejemplo con el mercado inmobiliario). El riesgo, beneficio y volatilidad dependen de la naturaleza del mercado. Esto los hace mucho más interesantes para diversificar y planificar inversiones adaptadas a nuestras necesidades.
Los fondos de inversión son líquidos, aunque no tanto como la bolsa por las características de su gestión (a diferencia de las acciones, la cotización es diaria no por minuto). Esto implica que se suele tardar unos 4 días hábiles desde que solicitamos la operación hasta que la vemos reflejada.
Los fondos de inversión pueden tener varios tipos de comisiones. Pero todos tienen una comisión de gestión que es un porcentaje del capital del fondo que la gestora descuenta. Existen una gran variedad de fondos que solo cobran esta comisión, por lo que nos centraremos en estos. Dicha comisión depende de la naturaleza de la gestión y suele variar entre al menos 0,5 % (para algunos fondos de renta fija) y hasta un 2,5 % (para algunos fondos de gestión activa de renta variable).
Evidentemente cuanto menor sea la comisión mejor para nosotros, pero no hay que minusvalorar el efecto de la gestión que puede redundar en que nuestra versión se comporte mejor que el mercado. Dado que las comisiones son mayores que en bolsa, cabe preguntarse si los fondos son una buena opción. Lo primero es que los fondos cobran esa comisión independientemente del número de operaciones de compra y venta que se hagan, mientras que en bolsa se cobra por cada vez que compremos o vendamos.
Por ejemplo. Si hacemos 12 operaciones de bolsa al año (1 al mes) y nos cobran una comisión del 0,1 %, estamos pagando un total de 1,2 %. Todo dependerá al final de cuanto vayamos a mover nuestro dinero. Si lo movemos mucho (al menos 10 veces al año) o movemos pequeñas cantidades (< 3.000 €), los fondos son la mejor opción. Si vamos a mantener nuestras acciones durante meses o años sin tocarlas e invertimos varios miles de euros, es mejor opción la bolsa. Esto ya depende del estilo de inversión. Sin embargo, si no se mueven las inversiones se pierden gran parte de las oportunidades de inversión. Por ese motivo preferiremos, en general, los fondos.
Evidentemente cuanto menor sea la comisión mejor para nosotros, pero no hay que minusvalorar el efecto de la gestión que puede redundar en que nuestra versión se comporte mejor que el mercado. Dado que las comisiones son mayores que en bolsa, cabe preguntarse si los fondos son una buena opción. Lo primero es que los fondos cobran esa comisión independientemente del número de operaciones de compra y venta que se hagan, mientras que en bolsa se cobra por cada vez que compremos o vendamos.
Por ejemplo. Si hacemos 12 operaciones de bolsa al año (1 al mes) y nos cobran una comisión del 0,1 %, estamos pagando un total de 1,2 %. Todo dependerá al final de cuanto vayamos a mover nuestro dinero. Si lo movemos mucho (al menos 10 veces al año) o movemos pequeñas cantidades (< 3.000 €), los fondos son la mejor opción. Si vamos a mantener nuestras acciones durante meses o años sin tocarlas e invertimos varios miles de euros, es mejor opción la bolsa. Esto ya depende del estilo de inversión. Sin embargo, si no se mueven las inversiones se pierden gran parte de las oportunidades de inversión. Por ese motivo preferiremos, en general, los fondos.
Planes de pensiones.
Los planes de pensiones suelen ser fondos que no pueden ser vendidos hasta la jubilación (salvo en casos excepcionales), pero que tienen una fiscalidad aún más ventajosa porque por el dinero invertido en fondos de inversión podemos deducirnos un 15 % del IRPF hasta 10.000 € anuales de inversión (siempre que sea menos del 30 % de nuestros ingresos).
Es decir, los planes de pensiones tienen las ventajas de los fondos y añaden una mejor fiscalidad a cambio de mayor rigidez y unas comisiones más altas.
Es decir, los planes de pensiones tienen las ventajas de los fondos y añaden una mejor fiscalidad a cambio de mayor rigidez y unas comisiones más altas.
Veremos más adelante, que salvo que estemos muy cerca de la jubilación, los planes de pensiones no interesan.
Conclusión.
Las inversiones financieras permiten invertir cantidades de dinero muy inferiores a las que exigen otro tipo de inversiones (como las inmobiliarias).
Además tienen una fiscalidad más interesante, especialmente en el caso de fondos o planes. Estos últimos también permiten acceder a una gran variedad de tipos de mercados. Los fondos dan mayor flexibilidad frente a la mejor fiscalidad de los planes, aunque por motivos que discutiremos más adelante, es preferible la opción de los fondos.
En cuanto a las comisiones, aunque en bolsa pueden ser inferiores en determinadas circunstancias (mover poco el dinero y en grandes cantidades), para la estrategia que aquí adoptaremos (mover el dinero bastante y pocas cantidades) es mejor opción la inversión en fondos.
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