jueves, 11 de junio de 2020

Celebración de la Misa en la

Liturgia Hispano-Mozárabe

RITOS INICIALES

1. El sacerdote y los ministros se dirigen al altar, mientras el coro entona el canto de entrada [el diácono puede llevar solemnemente el Evangeliario y depositarlo sobre el altar].

PRAELEGENDUM

2. El sacerdote, inclinado ante el altar, ora en silencio o recita una plegaria sacerdotal:
Me acerco a tu altar, Dios omnipotente y eterno,
para ofrecer este sacrificio a tu majestad,
suplicando tu misericordia
por mi salvación y la de todo el pueblo.
Dígnate aceptarlo benignamente
pues eres bueno y piadoso.
Concédeme penetrar al abismo de tu bondad
y presentar mi oración con tal fervor
por tu pueblo santo,
que se vea colmado de tus dones.
Dame, Señor, una verdadera contrición y lágrimas
que consigan lavar mis propias culpas
y alcanzar tu gracia y tu misericordia.
3. El sacerdote besa el altar en silencio y se dirige a la sede con los ministros.
En las misas feriales de todo el año, y también en los domingos de Cuaresma, se omite el «Gloria a Dios en el cielo» (n. 4) y su oración (n. 6). Después de besar el altar, y llegado a la sede, el sacerdote [con las manos extendidas] saluda al pueblo (n. 7) [puede introducir brevemente la celebración], se sienta y a continuación se lee la primera lectura (n. 8).
4. A continuación se canta el himno:
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
te alabamos, te bendecimos,
te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo,
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre,
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque solo tú eres Santo, solo tú Señor,
solo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
R/. Amén.
5. En las solemnidades, después del «Gloria a Dios en el cielo», el coro canta el Trisagio según se indica en el Propio.
6. Después del «Gloria a Dios en el cielo» y del Trisagio, si se ha cantado, el sacerdote, con las manos extendidas, recita la oración después del Gloria.

ORATIO POST GLORIAM

Al final de la oración todos responden:
Amén.
El sacerdote [con las manos juntas] dice la siguiente conclusión, si en el Propio no se indica otra fórmula de conclusión:
Por tu misericordia, Dios nuestro,
que eres bendito y vives y todo lo gobiernas,
por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA

7. El sacerdote [extendiendo las manos] saluda al pueblo diciendo:
El Señor esté siempre con vosotros.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu. (Et cum spiritu tuo)
[Se puede introducir brevemente la celebración invitando a escuchar con atención y silencio la Palabra de Dios].
8. [Todos se sientan] El lector [sube al ambón y] lee la Profecía:

PROPHETIA

Lectura del libro…
R/. Demos gracias a Dios.
Al final de la lectura, todos responden:
Amén.
9. El coro, terminada la Profecía, canta el responsorio:

PSALLENDUM

10. El lector lee el Apóstol:

APOSTOLUS

Lectura de la carta…
R/. Demos gracias a Dios.
Al final de la lectura, todos responden:
Amén.
11. El diácono [toma el Evangeliario del altar] se dirige al ambón, acompañado por los ministros con incienso y cirios encendidos [y otros signos autorizados por la costumbre], y dice [con las manos juntas]:
El Señor esté siempre con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
12. [Todos se disponen a escuchar el Evangelio vueltos hacia el ambón] El diácono inciensa el libro y proclama el Evangelio:

EVANGELIUM

Lectura del Santo Evangelio según San…
R/. Gloria a Ti, Señor.
Al final de la lectura todos responden:
Amén.
[El diácono puede elevar el Libro para la aclamación del pueblo]
13. A continuación se tiene la homilía.
14. Terminada la homilía, el coro canta los «laudes».

PREPARACIÓN DE LAS OFRENDAS

15. El coro entona el «sacrificium»; mientras [se prepara el altar], los fieles [precedidos eventualmente de incienso, cruz y cirios encendidos] llevan las ofrendas al altar [puede recibirlas el diácono o el sacerdote].

SACRIFICIUM

16. El diácono extiende el corporal sobre el altar y coloca sobre él la patena con el pan. Echa vino y un poco de agua en el cáliz y lo coloca igualmente sobre el corporal [puede cubrir los dones con un velo]. El sacerdote dice en secreto la siguiente oración:
Mira con rostro complacido,
Dios omnipotente y eterno,
esta oblación de pan y vino
que nosotros, indignos siervos tuyos,
colocamos sobre tu altar;
y recibe nuestra propia vida
como sacrificio agradable a ti
para que, renovados por tu gracia,
te glorifiquemos con nuestras alabanzas.
17. El sacerdote puede incensar las ofrendas y el altar. Se lava las manos en silencio junto al altar y vuelve con los diáconos a la sede.
[La asamblea, puesta en pie, recibe la incensación]

INTERCESIONES SOLEMNES

18. El sacerdote, de pie, desde la sede, exhorta al pueblo:

ORATIO ADMONITIONIS (1ª oración)

Al final todos responden:
Amén.
Por la misericordia de nuestro Dios,
que es bendito y vive y todo lo gobierna
por los siglos de los siglos.
R/. Amén.
19. El sacerdote [con las manos juntas] exhorta al pueblo a la oración diciendo:
Oremos.
Y el coro aclama Hágios [seguido por toda la asamblea]:
Hágios, Hágios, Hágios,
Señor Dios, Rey eterno.
A ti nuestra alabanza,
a ti nuestra acción de gracias.
20. El diácono recita el Díptico por la Iglesia:
I. Tengamos presente en nuestras oraciones
a la Iglesia santa y católica;
el Señor la haga crecer en la fe,
la esperanza y la caridad.
R/. Concédelo, Dios eterno y todopoderoso.
Otro diácono dice:
II. Recordemos a los pecadores, los cautivos,
los enfermos y los emigrantes:
el Señor los mire con bondad,
los libre, los sane y los conforte.
R/. Concédelo, Dios eterno y todopoderoso.
21. El sacerdote [con las manos extendidas] dice la Oración entre los Dípticos:

ALIA (2ª oración)

Al final todos responden:
Amén.
El sacerdote [con las manos juntas] añade esta conclusión:
Por tu misericordia, Dios nuestro,
en cuya presencia recitamos los nombres
de los santos Apóstoles y Mártires,
Confesores y Vírgenes.
R/. Amén.
22. Prosigue el diácono:
III. Ofrecen este sacrificio al Señor Dios
nuestros sacerdotes: N, el Papa de Roma,
nuestro pastor, N, Obispo de Madrid,
y todos los demás Obispos,
por sí mismos y por todo el clero,
por las Iglesias que tienen encomendadas
y por la Iglesia universal.
R/. Lo ofrecen por sí mismos
y por la Iglesia universal.
Otro diácono dice:
IV. Lo ofrecen igualmente todos los presbíteros,
diáconos y ministros y los fieles presentes,
en honor de los Santos,
por sí mismos y por los suyos.
R/. Lo ofrecen por sí mismos
y por la Iglesia universal.
El primer diácono dice:
V. En memoria de los santos apóstoles y mártires,
de la gloriosa siempre Virgen María,
de su esposo José,
de Zacarías, Juan, los Inocentes, Esteban,
Pedro y Pablo, Juan, Santiago, Andrés,
Acisclo, Torcuato, Fructuoso, [Pelayo, Jorge]
Félix, Vicente, Eulogio, Justo y Pastor,
Justa y Rufina, Eulalia (de Mérida),
Eulalia (de Barcelona), Leocadia.
R/. Y de todos los Mártires.
El segundo diácono dice:
VI. En memoria igualmente de los confesores [de
la fe]: Hilario, Atanasio, Martín, Ambrosio,
Agustín, Fulgencio, Leandro, Isidoro,
Braulio, Eugenio, Ildefonso, Julián,
[Isidro, María]
R/. Y de todos los Confesores.
El primer diácono dice:
VII. Lo ofrece la Iglesia de Dios, santa y católica,
por las almas de todos los fieles difuntos [N],
que Dios se digne en su bondad admitirlos en
el coro de los elegidos.
R/. Concédelo, Dios eterno y todopoderoso.
23. Concluye el sacerdote con la Oración después de los Dípticos:

POST NOMINA (3ª oración)

Al final todos responden:
Amén.
El sacerdote añade esta conclusión:
Porque tú eres la vida de los que viven,
la salud de los enfermos
y el descanso de todos los fieles difuntos,
por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

RITO DE LA PAZ

24. [El diácono retira el velo que cubre las ofrendas] El celebrante principal dice la oración:

AD PACEM (4ª oración)

Al final todos responden:
Amén.
El sacerdote añade esta conclusión:
Porque tú eres nuestra paz verdadera,
caridad indivisible;
tú que vives contigo mismo
y reinas con tu Hijo y el Espíritu Santo,
un solo Dios por los siglos de los siglos.
R/. Amén.
25. El sacerdote extiende las manos sobre el pueblo y dice:
La gracia de Dios, Padre todopoderoso,
la paz y el amor de nuestro Señor Jesucristo
y la comunión con el Espíritu Santo
estén siempre con todos vosotros.
R/. Y con los hombres de buena voluntad.
26. El diácono se dirige al pueblo y dice:
Daos la paz los unos a los otros.
27. Mientras el sacerdote con los ministros y los fieles entre sí se dan el saludo de la paz, entona el coro el canto de la paz:

CANTUS AD PACEM

Mi paz os dejo, mi paz os doy.
V/. No os doy la paz como la da el mundo.
R/. Mi paz os dejo, mi paz os doy.
V/. Un mandamiento nuevo os doy:
que os améis los unos a los otros.
R/. Mi paz os dejo, mi paz os doy.
V/. Gloria y honor al Padre,
al Hijo y al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén
R/. Mi paz os dejo, mi paz os doy.
Algunas fiestas tienen un canto de paz propio, tal como se indica en la parte correspondiente del Misal.

PLEGARIA EUCARÍSTICA

28. El sacerdote [precedido de los presbíteros y de los ministros con incensarios humeantes] se acerca al altar y [vuelto hacia Oriente] dice:
Me acercaré al altar de Dios.
Todos responden:
A Dios, que es nuestra alegría.
El diácono dice:
Oídos atentos al Señor.
Todos responden:
Toda nuestra atención hacia el Señor.
El sacerdote, extendiendo [y levantando] las manos, prosigue:
Levantemos el corazón.
Todos responden:
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
El sacerdote dice [reverentemente y juntando las manos]:
A Dios y a nuestro Señor Jesucristo,
Hijo de Dios, que está en el cielo,
demos debidas gracias y alabanzas.
Todos responden:
Es justo y necesario.
29. El sacerdote, con las manos extendidas, dice o canta:

ILATIO (5ª oración)

30. Todos cantan:
Santo, Santo, Santo, Señor Dios del universo,
llenos están el cielo y la tierra
de tu majestad gloriosa.
Hosanna al Hijo de David.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
Hágios, Hágios, Hágios, Kyrie, o Theos.
[Según la costumbre todos se arrodillan]
31. El sacerdote, con las manos extendidas, dice o canta la oración:

POST SANCTUS (6ª oración)

32. En inmediata conexión con su final prosigue:
El cual, la víspera de su pasión, tomó pan,
Toma la patena con el pan y, elevando los ojos, continúa:
dio gracias, pronunció la bendición,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomad y comed:
Esto es mi Cuerpo
que será entregado
por vosotros.
Cuantas veces lo comáis, hacedlo en memoria mía.
Todos responden:
Amén.
Deja la patena sobre el altar. Toma el cáliz y prosigue:
Lo mismo hizo con el cáliz, al final de la cena, diciendo:
Este es el cáliz
de la nueva alianza
en mi Sangre,
que será derramada
por vosotros
y por todos los hombres
en remisión
de los pecados.
Cuantas veces lo bebáis,
hacedlo en memoria mía.
Todos responden:
Amén.
Deja el cáliz sobre el altar y, con las manos extendidas, dice:
Cuantas veces comáis este pan
y bebáis este cáliz,
anunciaréis la muerte del Señor
hasta que venga glorioso desde el cielo.
Todos aclaman:
¡Así lo creemos, Señor Jesús!
33. El sacerdote, con las manos extendidas, dice o canta la oración:

POST PRIDIE (6ª oración bis)

Todos responden:
Amén.
34. El sacerdote junta las manos y concluye con la siguiente doxología:
Concédelo, Señor santo,
pues creas todas estas cosas
para nosotros, indignos siervos tuyos,
y las haces tan buenas,
las santificas, las llenas + de vida,
Al decir “las llenas de vida” hace la señal de la cruz [con 3 dedos] sobre los dones sagrados.
las bendices y nos las das,
así bendecidas por ti, Dios nuestro,
por los siglos de los siglos.
[Todos se ponen de pie]
R/. Amén.

RITO DE LA COMUNIÓN

35. El sacerdote [con las manos juntas] exhorta al pueblo diciendo:
Profesemos con los labios
la fe que llevamos en el corazón.
Todos proclaman:
Creemos en un solo Dios Padre todopoderoso,
hacedor del cielo y de la tierra,
creador de todo lo visible y lo invisible.
Y en un solo Señor nuestro Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos.
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
nacido, no hecho, omoúsion con el Padre,
es decir, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho,
en el cielo y en la tierra.
Que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
[Nos inclinamos profundamente en adoración y confesamos]
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue sepultado, resucitó al tercer día,
subió al cielo,
está sentado a la derecha
de Dios Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
ha de ser adorado y glorificado,
y que habló por los profetas.
Y en la Iglesia
que es una, santa, católica y apostólica.
Confesamos que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados,
esperamos la resurrección de los muertos,
y la vida del mundo futuro.
Amén.
Crédimus in unum Deum Patrem omnipoténtem,
factórem cœli et terræ,
visibílium ómnium et invisibílium Conditórem.
Et in unum Dóminum nostrum Iesum Christum,
Fílium Dei Unigénitum,
et ex Padre natum ante ómnia sæcula.
Deum ex Deo, Lumen ex Lúmine,
Deum verum ex Deo vero;
Natum, non factum, Omoúsion Patri,
hoc est, eiúsdem cum Patre substántiæ,
per quem ómnia facta sunt,
quæ in cælo, et quæ in terra.
Qui propter nos hómines,
et propter nostram salútem,
descéndit de cœlis,
[Nos inclinamos profundamente en adoración y confesamos]
et incarnátus est de Spíritu Sancto ex María Vírgine,
et homo factus est.
Passus sub Póntio Piláto, sepúltus,
tértia die resurréxit,
ascéndit ad cœlos,
sedet ad déxteram Dei Patris omnipoténtis.
Inde ventúrus est iudicáre vivos et mórtuos,
cuius regni non erit finis.
Et in Spíritum Sanctum, Dóminum vivificatórem,
et ex Patre et Fílio procedéntem,
cum Patre et Fílio adorándum et conglorificandum;
qui locútus est per prophétas.
Et unam sanctam Catholicam et Apostólicam Ecclésiam.
Confitémur unum baptisma
in remissiónem peccatórum,
expectámus resurrectiónem mortuórum,
et vitam ventúri sáeculi. Amen.
36. El coro entona:

CANTUS AD CONFRACTIONEM

Si en el Propio no se indica un texto especial, se canta una de las siguientes antífonas:
1.     Acepta, Señor, en tu presencia
nuestro sacrificio, y sea de tu agrado.
o bien
2.     Danos Señor, la comida a su tiempo,
abre tu mano, y sacia nuestras almas con tus bendiciones.
o bien
3.     Descienda sobre nosotros, Señor, tu misericordia,
como lo esperamos de ti.
o bien
4.     Cristo, acuérdate de nosotros en tu reino,
y haznos dignos de tu resurrección.
En la Vigilia pascual y en el tiempo de Resurrección del Señor
Venció el león de la tribu de Judá,
la raíz de David, Aleluya.
Durante el canto, el sacerdote parte el pan consagrado y, mientras coloca las partículas en forma de cruz sobre la patena, va evocando los misterios de Cristo que se celebran en el año litúrgico:
38. El sacerdote dice con las manos juntas:
Oremos.
A continuación recita la introducción al Padre nuestro:

AD ORATIONEM DOMINICAM (7ª oración)

39. El sacerdote prosigue sin interrupción, con las manos extendidas. [El pueblo puede orar de la misma manera]
1.     Pater noster qui es in caelis;
sanctificétur nomen tuum.
R/. Amen.
2.     Advéniat regnum tuum.
R/. Amen.
3.     Fiat volúntas tua, sicut in caelo et in terra.
R/. Amen.
4.     Panem nostrum quotidiánum da nobis hódie.
R/. Amen.
5.     Et dimítte nobis débita nostra,
sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris.
R/. Amen.
6.     Et ne nos indúcas in tentatiónem.
R/. Amen.
7.     Sed líberanos a malo.
R/. Amen.
Prosigue el sacerdote:
Libres del mal, confirmados siempre en el bien,
podamos servirte, Dios y Señor nuestro.
Pon término, Señor, a nuestros pecados,
alegra a los afligidos,
redime a los cautivos,
sana a los enfermos
y da el descanso a los difuntos.
Concede paz y seguridad a nuestros días,
quebranta la audacia de nuestros enemigos
y escucha, oh Dios, las oraciones de tus siervos,
de todos los fieles cristianos,
en este día y en todo tiempo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por todos los siglos de los siglos.
R/. Amén.
40. El sacerdote eleva un poco la patena y el cáliz, mostrándolos al pueblo, y dice:
Sancta sanctis.
[Según la costumbre, puede cantarse:
Hágios, Hágios, Hágios,
solo Tú eres Santo,
solo Tú, Señor,
solo Tú, Santísimo.]
41. Deposita sobre el altar la patena y el cáliz y, tomando la partícula -regnum- la deja caer en el cáliz, diciendo en voz baja:
Y la conjunción del Cuerpo y de la Sangre
de nuestro Señor Jesucristo
sea causa de perdón para nosotros,
que la tomamos y bebemos,
y de eterno descanso para los fieles difuntos.
[También puede mostrar la partícula regnum ya sobre el cáliz]
42. El diácono se dirige al pueblo y dice:
Inclinaos para recibir la bendición.
Todos responden:
Demos gracias a Dios.
El sacerdote dice:
El Señor esté siempre con vosotros.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
Y el sacerdote, extendiendo las manos sobre el pueblo, imparte la bendición.

BENEDICTIO

A cada una de las invocaciones de la bendición el pueblo responde: Amén. Al final de ellas el sacerdote [con las manos juntas] concluye con la siguiente fórmula, a no ser que en el Propio se indique una conclusión peculiar:
Por la misericordia de Dios, nuestro Dios,
que es bendito y vive y todo lo gobierna,
por los siglos de los siglos.
R/. Amén.
43. Antes de comulgar, el sacerdote dice en secreto una oración:
La comunión de este sacramento, Señor,
limpie las manchas de mis pecados
y me haga digno de cumplir el ministerio
que tengo encomendado;
encuentre en él, ayudado por ti,
apoyo en mi debilidad, santidad de vida
y gozo perpetuo en la compañía de tus Santos.
Recibe el sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor y lo da a continuación al diácono.
[Después, los presbíteros reciben el sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor]
44. El sacerdote distribuye a los fieles el sacramento del Cuerpo del Señor, diciendo a cada uno:
El Cuerpo de Cristo sea tu salvación.
[Cada uno puede responder:
Amén.]
El diácono da a beber del cáliz diciendo:
La Sangre de Cristo permanezca contigo
como verdadera redención.
[Cada uno puede responder:
R/. Amén.]
Durante la distribución de la comunión, se canta:

CANTUS AD ACCENDENTES

Gustad y ved qué bueno es el Señor,
aleluya, aleluya, aleluya
V/. Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca
R/. Aleluya, aleluya, aleluya
V/. El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a Él
R/. Aleluya, aleluya, aleluya
V/. Gloria y honor al Padre, al Hijo,
y al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
45. Terminada la distribución de la comunión, el coro entona [en pie] la antífona:

ANTIPHONA POST COMMUNIONEM

Alimentados con el Cuerpo y la Sangre de Cristo,
te alabamos, Señor.
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
Durante la Cuaresma, la Antífona será:
Se ha llenado nuestra boca de gozo,
nuestra lengua de cantares.
46. El sacerdote, de pie, recita [con las manos extendidas] la oración final:

COMPLETURIAE

[Se dan los oportunos avisos, si los hubiere]

CONCLUSIÓN

47. El sacerdote saluda al pueblo diciendo:
El Señor esté siempre con vosotros.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
[ Statio mariana ]
El diácono dice:
Nuestra celebración ha terminado.
En nombre de nuestro Señor Jesucristo,
Dios acepte nuestros deseos y plegarias en paz.
Todos responden:
Demos gracias a Dios.
El sacerdote [con el diácono] besa el altar y, hecha la debida reverencia con los ministros, se retira.

viernes, 29 de marzo de 2013

I.6. La importancia de la fiscalidad a largo plazo

Una vez llegados a este punto conviene que dediquemos un apartado a la fiscalidad de los beneficios de nuestras inversiones. El motivo es que cada tipo de inversión tiene una fiscalidad distinta y por tanto nuestros beneficios se pueden ver seriamente alterados.

Fiscalidad de las inversiones financieras. 

Lo que sigue es valido para depósitos, acciones, fondos de inversión, letras del tesoro, bonos y cualquier otro tipo de inversión financiera. A lo largo de 2013:

- Si la inversión ha tenido una duración inferior a un año se paga el tipo que corresponda en el IRPF. 

- Si la duración es superior a un año, se paga un 21 % de los beneficios por los primeros 6.000 €, del 25 % entre 6.000 € y 24.000 € y del 27 % a partir de 24.000 €. 

A partir de 2014, la fiscalidad mejora, ya que si la duración es superior a un año, se paga un 19 % de los beneficios por los primeros 6.000 € y del 21 % por encima de 6.000 €. 

Ejemplos para 2013. 

Además tanto para 2013 como a partir de 2014, pueden compensarse perdidas y ganancias. Veamoslo con varios ejemplos prácticos.

Supongamos que en 2013 finaliza una inversión de 10.000 € que nos ha dado un beneficio del 10 %, es decir, 1000 €. Como el beneficio cae dentro del tramo entre 0 y 6.000 €, pagaremos el 21 % de 1.000 €, es decir, 210 €.

Veamos ahora un caso más complicado. Si en 2013 finaliza una inversión de 100.000 € que ha dado un beneficio del 25 %, es decir, 25.000 €.

- Por los primeros 6.000 € de beneficio, el 21 %: 1.260 €.
- Por el segundo tramo de 6.000 € a 24.000 €, 18.000 € al 24 %: 4.320 €.
- El tercer tramo solo son 1.000 € (de 24.000 € a 25.000 €), al 27 %: 270 €.

En total pagaremos: 5.850 € (el 23,4 % de nuestro beneficio).

Ejemplos para 2014. 

El mismo ejemplo para 2014 implicará un menor pago de impuestos por la bajada de los tramos. La inversión de 10.000 € que nos ha dado un beneficio del 10 %, es decir, 1000 €, requerirá pagar por el tramo entre 0 y 6.000 € el 19 % de 1.000 €, es decir, 190 € (frente a los 210 € de 2013).

Por la inversión de 100.000 € que ha dado un beneficio del 25 %, es decir, 25.000 €. Habrá que pagar:

- Por los primeros 6.000 € de beneficio, el 19 %: 1.140 €.
- Por el segundo tramo de 6.000 € a 25.000 €, 19.000 € al 21 %: 3.990 €.

En total pagaremos: 5.130 € (el 20,52 % de nuestro beneficio). Claramente inferior a los 5.850 € de 2013.

Fiscalidad de Bolsa.

Todo lo anterior es cierto, pero dado que en Bolsa es posible perder dinero, hay que tener en cuenta que los impuestos se pagan sobre el total, es decir, sobre la suma de perdidas y ganancias. Esto supone una ventaja, porque es más ventajoso que tributar cada operación por separado.

Es decir, si con la venta de unas acciones he ganado 2.000 € y con la venta de otras he perdido 1.000 €, solo tengo que pagar 210 € (en 2013, en 2014 190 €).

Otro aspecto importante es que solo tengo que pagar cuando vendo las acciones. Es decir, si mantengo las acciones durante tres años porque suben las acciones, durante el primer y el segundo año no tengo que pagar impuestos, solo el tercero que es cuando vendo las acciones.

Fiscalidad de los fondos.

Los fondos tienen una tributación similar a la de las acciones, pero con una diferencia muy importante:  permiten el traspaso entres fondos (vender un fondo, para reinvertir la venta en otro) que está libre de impuestos. Por ello, solo tendremos que pagar impuestos cuando finalmente vendamos nuestros fondos para convertirlos en dinero.

Esto es muy interesante por el efecto exponencial del interés compuesto. Ese 21 % de impuestos que pagaríamos, lo podemos reinvertir para obtener un mayor beneficio.

Fiscalidad de los planes de pensiones. 

Los planes de pensiones tienen la misma fiscalidad que los fondos, es decir, solo tributan cuando se rescata el plan de pensiones. Hasta ese momento no se pagan impuestos por sus beneficios.

La ventaja es que las aportaciones permiten deducir el 15 % de las aportaciones anuales (por los primeros 10.000 € o hasta el 30 % de los ingresos), es decir, que se pueden obtener 1.500 € adicionales.

Comparación.

Veamos un primer ejemplo en el que se invierte un capital de 10.000 € de tres formas distintas: 

- La primera mediante una inversión financiera (Bolsa, deuda) que da cada año un interés del 10 %. Aquí asumimos que cada año vendemos el 100 % de nuestras acciones y compramos otras (porque las que poseíamos han perdido su potencial de crecimiento). Es obvio que se puede optar por mantenerlas, pero en ese caso es probable que perdamos dinero o dejemos de ganarlo. Es un poco arbitrario el hecho de cambiar el 100 % de la inversión cada año, pero el resultado no cambia mucho si en lugar de un año son unos cuantos meses arriba o abajo.

- La segunda mediante una inversión en fondos que da 10 % de rendimiento.

- La tercera mediante un plan de pensiones que también rinde al 10 % y en el que también invertimos la deducción de 1.500 €. 

La primera tiene que tributar cada año, mientras que la segunda y la tercera solo al final (por simplicidad supondremos el 19 %). La evolución de la inversión con el tiempo responde a las formulas:

Valor después de impuestos: V1(N) = 10.000 x 1,081 ^ N (en rojo en la gráfica)

Valor fondo después de impuestos: V2(N)  = 10.000 x [ 1 + (1,1 ^ N - 1) x 0,81 ] (en azul en la gráfica)

Valor plan después de impuestos: V3(N)  = 11.500 x [ 1 + (1,1 ^ N - 1) x 0,81 ] (en verde en la gráfica)

Evidentemente la inversión más rentable es el plan (siempre será un 15 % mayor que el fondo). Aún así, la mayor diferencia se da entre la otra inversión y el fondo (porque aumenta exponencialmente).

Al principio la diferencia es pequeña (un 4 % en 5 años), pero tras 35 años el fondo ha multiplicado su valor por 22 veces, el plan por 26 mientras que la otra inversión solo 15 veces. Es decir, el fondo casi el doble. Una vez más el interés compuesto exhibe toda su fuerza en los plazos más largos.

Un ejemplo más real.

El ejemplo anterior es bastante simple. Un caso más real es cuando cada año aportamos una cantidad al ahorro. Resultará de interés conocer la formula:

1 + x + x^2 + ... + x^N = [x ^ (N + 1) - 1] / (x - 1)

De esta forma, podemos escribir los nuevos valores de las inversiones después de impuestos. Las formulas son ahora un poco más complejas, solo las incluye por si el lector quiere jugar con otros valores:

Valor tras impuestos: V1'(N) = 10.000 x [ 1,081 ^ (N + 1) - 1 ] / 0,081 (en rojo en la gráfica).

Valor fondo tras impuestos: V2'(N)  = 10.000 x {N + 1 + [1,1 ^ (N + 1) - 1] / 0,1 - N - 1} * 0,081 (en azul en la gráfica).

Valor plan tras impuestos: V3'(N)  = 11.500 x {N + 1 + [1,1 ^ (N + 1) - 1] / 0,1 - N - 1} * 0,081 (en verde en la gráfica).

En el primer caso, tras 35 años, acabamos con 1.900.000 €, en el segundo con 2.500.000 € y en el tercero con unos 2.850.000 €. En todos los casos hemos invertido 35 x 10.000 € = 350.000 €.

Los resultados no son tan espectaculares como en el ejemplo anterior, porque el dinero en promedio no está tanto tiempo invertido (el dinero que metemos el primer año acumula los intereses de 35, pero el del último año solo el de un año). Aún así, la conclusión es similar: el efecto de poder diferir el pago de impuestos al momento de la venta beneficia mucho la fiscalidad en el largo plazo.

Conclusión.

Hemos estudiado la fiscalidad de los distintos tipos de inversiones en unos ejemplos muy idealizados (el mismo rendimiento todos los años). Sin embargo, la conclusión no varía si consideramos escenarios mucho más complejos: los planes de pensiones tienen la mejor fiscalidad.

Sin embargo, como veremos en la siguiente entrada, hay otros factores a tener en cuenta que nos harán decantarnos por los fondos de inversión.

domingo, 17 de marzo de 2013

I.5. Comparar inversiones

Una vez que sabemos en que nos tenemos que fijar, podemos pasar a ver los distintos tipos de inversiones.

Inversiones no financieras.

Conviene aclarar antes de nada que no me refiero aquí a la compra de vivienda habitual (ya que al tener la función de residencia no es exclusivamente una inversión). Inversión en vivienda es comprar una casa con el único objetivo de venderla o alquilarla para conseguir un beneficio. Al final del blog,  dedicaré una entrada a comparar la compra de vivienda para residencia mediante una hipoteca frente a la opción del alquiler y dedicar al ahorro el dinero destinado a la compra.

Aclarado esto, veamos las principales características de la inversión inmobiliaria:

Para empezar no es muy accesible (requiere una cantidad muy grande). Una alternativa es invertir en un garaje, en lugar de una vivienda, pero aún así el dinero necesario es mucho mayor que en el caso de depósitos o acciones. En cualquier caso si no se tiene todo el dinero hay que pedir una hipoteca (lo cual es más arriesgado y reduce el beneficio).

El plazo de inversión suele ser de al menos unos pocos años. El mercado no es tan liquido como la Bolsa y lo normal es tardar unos meses en comprar o vender (aquí influyen mucho las circunstancias económicas).

El beneficio de una inversión de este tipo durante los años del boom o burbuja, era de un 20 % anual. Asimismo se asumía que eran inversiones seguras (la vivienda nunca baja). Aún así, la Bolsa ha tenido un comportamiento mucho mejor que la vivienda en esos años (algo que se suele desconocer).

Lo que si que es cierto es que no es un mercado tan volátil como la Bolsa, donde las tendencias pueden cambiar de un día para otro, pero por eso mismo a día de hoy no es inversión interesante aunque se tenga el dinero. En este sentido, si que es una inversión más tranquila, ya que no requiere hacer un seguimiento tan cercano.

Inversiones financieras.

Bolsa.

Al invertir en bolsa compramos acciones que son participaciones de una empresa. El beneficio obtenido obtengo es la revalorización que tengan o el dividendo (reparto de beneficios entre los accionistas).

La bolsa es un mercado muy líquido, pero muy volátil. Es posible comprar y vender cuando se quiera (pagando las correspondientes comisiones a los brokers) y que ofrece beneficios (y perdidas) muy superiores a los de los depósitos bancarios (10 %, 20 %, 30 %, 40 %) pero con un riesgo muy alto.

Se suele considerar que a 5 años, las inversiones en bolsa es difícil que tengan perdidas, aunque esto siempre depende de cuan caro se haya comprado. Sin embargo, por la propia naturaleza del mercado es posible conseguir rentabilidades muy altas en plazos relativamente cortos (meses).

Por supuesto el riesgo es elevado, pero permite invertir con cantidades mucho más bajas que en vivienda. Para una operación de 3.000 €, los brokers más baratos cobran entre 4 € y 8 € (0,1 % - 0,2 %) en el Ibex 35, en otros mercados las tarifas pueden ser mayores (hasta 1 %). También se cobran comisiones de mantenimiento (aunque si se hacen suficientes operaciones no se suele cobrar) y por otros conceptos (cobro de dividendo).

Por otra parte hay una gran cantidad de productos (futuros, CFDs, derivados, calls y puts, ...) basados en bolsa que permiten invertir y ganar dinero incluso cuando la bolsa baja. Estos productos son muy interesantes porque permiten ganar dinero en condiciones adversas. Sin embargo tienen un riesgo muy elevado y por tanto no son adecuados para principiantes y no los trataremos aquí.

Mercados de deuda.

Los bonos de deuda son productos muy similares a los depósitos. A cambio de prestar un dinero a una institución (gobierno o empresa) durante un período de tiempo, obtenemos un interés a cambio. Suelen ser productos más rígidos que los depósitos (nada de cancelaciones anticipadas), pero a cambio pueden dar una rentabilidad mayor (aunque también menor).

Hay dos formas de invertir: directamente (mercado primario), que consiste en comprar bonos al emisor o indirectamente (mercado secundario) que consiste en comprar a alguien que ya los posee o vendérselos a alguien que quiera adquirirlos. En el mercado primario, la inversión está garantizada (se cobra el interés al vencimiento), no así en el mercado secundario ya que dependerá a que valor hayamos comprado y vendido. A cambio, el mercado secundario dota de cierta liquidez a los bonos de la que el primario carece.

También es posible perder todo o parte del dinero, si el emisor entra en bancarrota (generalmente empresas, pero también gobiernos). Por ello es importante la labor de las empresas de rating, para hacerse una idea del riesgo de nuestra inversión. En general, a mayor riesgo mayor interés que tiene que pagar el emisor.

Fondos de inversión.

Cuando invierto en un fondo de inversión, compro participaciones de una cartera de valores que el gestor del fondo ha diseñado. Estos valores pueden ser acciones o productos de otros mercados (renta fija, materias primas, inversiones inmobiliarias, ...).

Lo interesante de esto, es que podemos invertir en empresas de muchos sectores de mucho lugares del mundo, con inversiones mínimas relativamente bajas  (comparadas por ejemplo con el mercado inmobiliario). El riesgo, beneficio y volatilidad dependen de la naturaleza del mercado. Esto los hace mucho más interesantes para diversificar y planificar inversiones adaptadas a nuestras necesidades.

Los fondos de inversión son líquidos, aunque no tanto como la bolsa por las características de su gestión (a diferencia de las acciones, la cotización es diaria no por minuto). Esto implica que se suele tardar unos 4 días hábiles desde que solicitamos la operación hasta que la vemos reflejada.

Los fondos de inversión pueden tener varios tipos de comisiones. Pero todos tienen una comisión de gestión que es un porcentaje del capital del fondo que la gestora descuenta. Existen una gran variedad de fondos que solo cobran esta comisión, por lo que nos centraremos en estos. Dicha comisión depende de la naturaleza de la gestión y suele variar entre al menos 0,5 % (para algunos fondos de renta fija) y hasta un 2,5 % (para algunos fondos de gestión activa de renta variable).

Evidentemente cuanto menor sea la comisión mejor para nosotros, pero no hay que minusvalorar el efecto de la gestión que puede redundar en que nuestra versión se comporte mejor que el mercado. Dado que las comisiones son mayores que en bolsa, cabe preguntarse si los fondos son una buena opción. Lo primero es que los fondos cobran esa comisión independientemente del número de operaciones de compra y venta que se hagan, mientras que en bolsa se cobra por cada vez que compremos o vendamos.

Por ejemplo. Si hacemos 12 operaciones de bolsa al año (1 al mes) y nos cobran una comisión del 0,1 %, estamos pagando un total de 1,2 %. Todo dependerá al final de cuanto vayamos a mover nuestro dinero. Si lo movemos mucho (al menos 10 veces al año) o movemos pequeñas cantidades (< 3.000 €), los fondos son la mejor opción. Si vamos a mantener nuestras acciones durante meses o años sin tocarlas e invertimos varios miles de euros, es mejor opción la bolsa. Esto ya depende del estilo de inversión. Sin embargo, si no se mueven  las inversiones se pierden gran parte de las oportunidades de inversión. Por ese motivo preferiremos, en general, los fondos.

Planes de pensiones.

Los planes de pensiones suelen ser fondos que no pueden ser vendidos hasta la jubilación (salvo en casos excepcionales), pero que tienen una fiscalidad aún más ventajosa porque por el dinero invertido en fondos de inversión podemos deducirnos un 15 % del IRPF hasta 10.000 € anuales de inversión (siempre que sea menos del 30 % de nuestros ingresos).

Es decir, los planes de pensiones tienen las ventajas de los fondos y añaden una mejor fiscalidad a cambio de mayor rigidez y unas comisiones más altas.

Veremos más adelante, que salvo que estemos muy cerca de la jubilación, los planes de pensiones no interesan.

Conclusión.

Las inversiones financieras permiten invertir cantidades de dinero muy inferiores a las que exigen otro tipo de inversiones (como las inmobiliarias).

Además tienen una fiscalidad más interesante, especialmente en el caso de fondos o planes. Estos últimos  también permiten acceder a una gran variedad de tipos de mercados. Los fondos dan mayor flexibilidad frente a la mejor fiscalidad de los planes, aunque por motivos que discutiremos más adelante, es preferible la opción de los fondos.

En cuanto a las comisiones, aunque en bolsa pueden ser inferiores en determinadas circunstancias (mover poco el dinero y en grandes cantidades), para la estrategia que aquí adoptaremos (mover el dinero bastante y pocas cantidades) es mejor opción la inversión en fondos.

viernes, 15 de marzo de 2013

I.4. Criterios de inversión

En la anterior entrada vimos lo difícil que iba a ser vencer a la inflación mediante depósitos bancarios. Ahora veremos qué alternativas tenemos entonces a invertir el dinero en un banco para que nos de más rentabilidad.

Seguramente al lector le vendrán a la cabeza ideas como invertir en bolsa o inversiones inmobiliarias. Pero antes de entrar en detalles necesitaremos unos criterios para analizar las inversiones y ver cuales resultan más adecuadas.

Cantidad a invertir.

No es lo mismo invertir 1.000 €, 10.000 € o 100.000 €. En el primer caso la diferencia entre la inversión en un depósito a un año al 2 % e invertir en unas acciones que nos den un 10 % de revalorización son 80 € (= 0,10 x 1000 - 0,02 x 1000). En el último caso son 8.000 €. Está claro que por 80 € casi nadie se complica la vida y deja el dinero en el banco, pero por 8.000 € igual merece la pena complicarse la vida un poco.

Además, algunas inversiones requieren una cantidad mínima (por ejemplo, en Bolsa la inversión mínima es el precio de una acción. Las de Apple están a unos 450 $, mientras que las de Telefónica a unos 10 €. En una inversión inmobiliaria, la inversión mínima será el precio de la propiedad que vamos a adquirir: 100.000 € por ejemplo).

Obviamente, deberemos rechazar aquellas inversiones que sean superiores a nuestros ahorros, porque nos obligarían a tener que endeudarnos (por ejemplo: pedir una hipoteca para comprar una vivienda como inversión).

Conviene que aclare que no es lo mismo comprar una vivienda para uso residencial (vivir en ella) que como inversión (para conseguir un beneficio mediante el incremento de su valor). Mientras que en el primer caso puede ser razonable pedir una hipoteca, en el segundo implica mayores riesgos.


Plazo de inversión.

Esto es el período que va a durar la inversión. Dicho de otra forma, el tiempo que es necesario esperar para lograr el beneficio esperado.

Obviamente no tendrá las mismas implicaciones para nosotros una inversión a 1 año que a 10 años. La idea es que cuanto mayor sea el plazo de inversión, mayor será la posibilidad de que haya un imprevisto que nos haga recuperar el dinero antes de lo previsto (si la inversión lo permite) y por tanto de obtener un rendimiento menor que el esperado o incluso perdidas.


Porcentaje de nuestros ahorros.

No es lo mismo invertir 10.000 € y que nuestros ahorros totales sean 10.000 €, 20.000 € o 50.000 €. En el primer caso, arriesgamos el 100 % de nuestro ahorro, en el segundo el 50 % y en el tercero el 20 %.

Solo deberemos poner en riesgo una cantidad de nuestros ahorros que sepamos que no vamos a necesitar durante el plazo de inversión.


Beneficio esperado.

En una inversión en depósitos, todo está muy claro: plazo, beneficio, condiciones, ... Sin embargo, en otras inversiones solo tenemos expectativas de cuánto se van a revalorizar. Antes de invertir, deberemos tener una idea clara y racional de que esperamos obtener.

Esto es ciertamente difícil, pero no podemos invertir en bolsa simplemente esperando a ver cuanto sube. Al menos deberemos tener una idea de cuanto podemos obtener en un período de tiempo. Hay que ser disciplinado y no confundir deseos y realidad o hacer interesadas extrapolaciones de datos pasados.


Liquidez del mercado.

Con esto nos referimos al tiempo que tiene que pasar desde que queremos realizar la compra/venta hasta que conseguimos realizarla.

En el caso de las acciones suele ser un tiempo muy breve (minutos), mientras que en el caso de la vivienda suelen ser meses. Depende de la naturaleza de los bienes y del mercado.

Está claro que lo mejor es que el mercado sea muy liquido pues nos permite realizar las compras y las ventas cuando más nos interesa.

Riesgo.

Deberemos fijarnos atentamente en el riesgo que asumimos al hacer una inversión y en las posibles perdidas que nos puede dar. Si queremos evitar el riesgo a toda costa, la opción está clara: depósitos bancarios u otras inversiones financieras de bajo riesgo (deuda pública de algún país solvente).

Entiendo que el lector que ha llegado hasta aquí asume que tiene que poner en riesgo su dinero (la posibilidad de que al finalizar la inversión haya perdido parte de su dinero), aunque luego cada inversor tenga un perfil distinto.

La relación entre riesgo y beneficio debe ser interesante. No tiene sentido asumir un riesgo importante por una inversión que da el mismo rendimiento que un depósito (que no tiene riesgo).

La idea es identificar  las inversiones que den el mayor beneficio con el menor riesgo, siempre y cuando el riesgo no supere el máximo que estemos dispuestos a aceptar.


Volatilidad.

Indica cuánto puede variar el precio de nuestra inversión en un periodo de tiempo.

Está claro que serán menos atractivas las inversiones que tengan mucha volatilidad, porque nos obligarán a hacer un seguimiento más frecuente de ellas y pueden darnos sustos inesperados más fácilmente.

Conclusión.

Lo primero es hacernos una idea de que cantidad y durante cuanto tiempo podemos invertirla y que riesgo queremos asumir, para luego estudiar entre todas las alternativas de inversión cuales son más interesantes por su beneficio, liquidez y volatilidad que esperamos que tengan.

En la próxima entrada veremos un poco más en detalle algunos ejemplos de inversiones.

sábado, 9 de marzo de 2013

I.3. Escalas logarítmicas

Antes de continuar es necesario dedicar otra entrada a una herramienta matemática que será de utilidad en algunos casos: el logaritmo. No es necesario tener conocimientos previos y tampoco es imprescindible leer esta entrada pero es recomendable.

El problema.

En la entrada anterior vimos la naturaleza exponencial del interés compuesto. Este se traduce en el siguiente comportamiento: conforme pasa el tiempo se acelera la tasa de crecimiento por el efecto de reinvertir los intereses. Esto es la gráfica empieza a crecer mucho mas rápidamente.

Si queremos representar un interés durante mucho tiempo o con una tasa muy alta, los valores iniciales se vuelven muy pequeños comparados con los finales. Esto tiene el efecto de que apenas podemos apreciar el comportamiento de la gráfica hasta que toma un valor suficientemente grande, que es cerca del final.

En una gráfica tan sencilla tal vez puede pensarse que no tiene mucha importancia, pero en la cotización de un valor tiene el efecto de que no podemos apreciar bien las subidas y bajadas del valor hasta que la cotización es suficientemente alta.

Para evitar esto, en las gráficas de cotización de valores se emplea en algunas ocasiones una escala logarítmica. ¿Pero que es una escala logarítmica? Para ello tenemos que saber primero que es un logaritmo.

Que es el logaritmo.

El logaritmo (neperiano) es la función inversa de la exponencial. Es decir, si tenemos:

y = exp x => (exp)^-1 y = ln y = x

Por lo tanto, también se tiene: exp (ln y) = exp x = y , ln (exp x) = x = ln y.

Lo interesante de la función logaritmo es que transforma productos en sumas (de la misma forma que la exponencial transforma sumas en productos), esto es:

Exp (x + y) = exp x * exp y , ln (x * y) = ln x + ln y

En su momento, esto tuvo una gran importancia porque permitía hacer multiplicaciones de grandes números como sumas (y utilizar un ábaco).

Hay otros aspectos y propiedades de los logaritmos que no vamos a tratar, ya que se trata solo de una introducción muy simple a esta función matemática.

Escala logarítmica.

Veamos que ocurre ahora con la formula del interés compuesto:

y = c * (1 + i) ^ x

Donde x es el tiempo transcurrido, i la tasa de interés (en tanto no 1) y c el valor inicial de la inversión.

Aplicando el logaritmo a ambos lados de la expresión nos queda:

ln y = ln c + x * ln (1 + i)

Esta es la expresión de una recta con altura inicial ln c y pendiente ln (1 + i). Es decir, al tomar logaritmos pasamos de una gráfica con una importante tasa de crecimiento a una recta que tiene una tasa de crecimiento constante (dada por su pendiente).

La escala logarítmica consiste precisamente en esto: en representar el logaritmo del valor en lugar del valor. De esta forma se evita que haya un crecimiento desmesurado de la gráfica y el comportamiento en la zona de los valores mas bajos quede oculto.

Generalmente en la escaña vertical se coloca el valor y no el logaritmo del valor para que se entienda mas claramente. También suele utilizarse el logaritmo decimal (función inversa de 10 ^ x) en vez del neperiano (función inversa de e ^ x = exp x), aunque eso es algo que no tiene mayor transcendencia.

Conclusión.

La conclusión de esta entrada es que con la escala logarítmica podremos apreciar mejor el detalle de un valor cuando veamos una gráfica suya.

Tras este inciso matemático, continuaremos discutiendo nuestras gráficas.

viernes, 1 de marzo de 2013

I.2. El interés compuesto

En la anterior entrada he explicado los conceptos de ahorro, inflación e inversión. Mi objetivo ahora es profundizar en ellos. Para ello tendré que mostrar unas sencillas matemáticas que para comprender nuestras inversiones adecuadamente es preciso dominar.

Como el título de la entrada da a entender, se trata del interés compuesto. Supongo que el lector está familiarizado con el concepto de interés.

Interés simple.

El interés es simplemente el porcentaje que representa el beneficio de una inversión sobre el capital inicial de dicha inversión.

Es decir, si invertimos 10.000 € y recibimos 200 € de beneficio el porcentaje de beneficio es el 2 % (200 / 10000 = 2 / 100 = 0,02). Si la inversión ha durado un año, el interés anual ha sido un 2 % también. Si la duración de la inversión fue 6 meses, el interés anual en cambio fue un 4 %.

Hasta aquí todo muy simple y sencillo. Basta con saber calcular una regla de tres, o simplemente saber calcular relaciones de proporcionalidad.

Interés compuesto.

Lo anteriormente expuesto es válido para calcular el beneficio de una inversión durante un período de tiempo o el efecto de la inflación. ¿Pero que ocurre si queremos medir ese efecto acumulado a lo largo de varios periodos de tiempo?

Es decir, ¿qué pasa si el dinero ganado mediante la inversión lo vuelvo a reinvertir varias veces? ¿cuanto ganaré? La respuesta es iterando el calculo anterior, es lo que se conoce como interés compuesto.

Es decir, si invierto 10.000 € a un 2 % de interés durante 2 años, al final me devolverán:

10.000 € x 1,02 x 1,02 = 10404 €

Es decir, el beneficio serán 404 € (en lugar de 400 € que sería el resultado de dos inversiones de 10.000 €, es decir, sin reinvertir el beneficio). La formula general es:

C x (1 + i) ^ n

Donde C es el capital inicial, i es la tasa de interés por periodo y n es el número de periodos durante el cual realizo la inversión. El signo ^ tiene que leerse como "elevado a". Es decir, es una potencia.

La fuerza más poderosa de la Galaxia.

Recordemos la frase de Einstein que da nombre a este blog: "El interés compuesto es la fuerza más poderosa de la Galaxia". Con ella vamos a pretender explicar de forma más clara lo que acabamos de ver.

Como hemos visto anteriormente, la formula anterior tiene una dependencia exponencial con el tiempo. Esto quiere decir, que el resultado crecerá enormemente con el tiempo.

Lo que nos interesa resaltar es que pasado el suficiente tiempo, aun con intereses reducidos, el efecto multiplicador del interés compuesto se dispara. Esto se debe a la reinversión de los beneficios. 

En la siguiente gráfica se ve muy claramente el efecto con el paso del tiempo.

En el eje horizontal se muestra el número de años y en el vertical el multiplicador (el valor inicial es 1, un valor de 1.5 indica un incremento del 50 %, un valor de 2 un incremento del 100 %, un valor de 2.5 un incremento del 150 %).

La línea roja muestra un crecimiento anual del 2 %, la azul un crecimiento anual del 3 % y la verde un crecimiento del 4 %.

A corto plazo la separación entre las curvas es pequeña, pero pasados 20 años, la curva roja muestra un incremento del 50 %, la azul es de un 80 % y la verde de un 120 %. Pasados 35 años, los incrementos han pasado a ser de un 100 %, 170 % y 290 %.

El incremento es ciertamente espectacular y ese es el efecto que va a tener la inflación y la inversión sobre nuestros ahorros.

Un ejemplo de inflación.

Para ayudar a fijar las ideas y hacernos una idea de la magnitud de los números de los que estamos hablando, vamos a poner unos ejemplos.

Si suponemos que todos los años la inflación tuviese un valor del 3 % (que es aproximadamente el valor promedio), eso quiere decir que la capacidad de compra de nuestro ahorro se ve reducida en un 3% pasado un año, en mas de un 9% pasados tres años y en casi un 20% pasados 6 años. En 24 años nuestros ahorros habrán perdido más de la mitad de su valor. Tal vez 20 años puedan parecer mucho tiempo para ahorrar, pero si se piensa en un ahorro para la jubilación no es un período tan largo.

Un ejemplo de inversión.

Veamos ahora que ocurre con el ahorro. Por simplificar supondremos que estamos invirtiendo nuestro dinero a un año y que nos dan un 2,53% de interés. Esto es, después de impuestos nos queda un 2%. Tras 9 años, nuestra inversión se ha revalorizado casi un 20%. Es decir, si tenía os 10.000 €, habremos ganado 2.000 € libres de impuestos. Evidentemente los tipos de interés han ido variando con el tiempo, pero durante los últimos años los valores típicos han sido similares a la inflación (salvo ofertas extraordinarias destinadas a captar nuevos clientes).

Un ejemplo de inversión e inflación.

Veamos que ocurre ahora si lo juntamos todo. Es decir, si suponemos una inflación del 3 % anual y un interés anual para nuestro depósito del 2 % (después de impuestos). Evidentemente nuestros ahorros seguirán perdiendo valor, pero a una tasa menor.

Al cabo de un año, los ahorros habrán perdido un 1 % de su valor, al cabo de 10 años un 9% (cuando antes solo se tardaban 3 años) y al cabo de 23 años, habrán perdido un 20% de su valor (mientras que antes solo eran necesarios 6 años).

A pesar de lo modesto del rendimiento de nuestra inversión, podemos observar el efecto dramático que tiene sobre la perdida de valor de nuestros ahorros. Por eso, por poco que suponga, no hay que despreciar nunca el interés que nos puedan dar en un banco.

Conclusión.

El efecto del interés compuesto es dramático con el tiempo, tiene un efecto multiplicador muy grande y puede revalorizar nuestros ahorros fuertemente (sin invertimos bien) o depreciarlos mucho (si no invertimos o lo hacemos mal). Se ve claramente la capacidad que tiene la inflación para destruir el ahorro. Es el drama de los países con altas tasas de inflación, en los que en pocos años pueden desaparecer los ahorros de toda una vida. Un ejemplo muy conocido es el de la hiperinflación en la república de Weimar, que el lector puede leer si desea saber más sobre el tema.

En cualquier caso, si nos centramos en un contexto más actual, para inversiones en depósitos y cuentas de ahorro de bancos actuales basta un horizonte no muy largo (unos 10 años) para que el valor de nuestros ahorros se puede ver bastante afectado por la inflación.

La pregunta sigue siendo ¿puedo mejorar este resultado? La respuesta es afirmativa, aunque pasa por ir a otros tipos de inversiones. y se podrá encontrar más adelante en nuestro blog.

viernes, 22 de febrero de 2013

I.1. Ahorro e inversión

En primer lugar tendré que dedicar un breve espacio a explicar unos conceptos con los que supongo que el lector estará familiarizado, pero a lo que estoy obligado por basarse todo lo que viene a continuación en ellos.

El ahorro.

El ahorro es la diferencia entre nuestros ingresos y nuestros gastos, es decir, nuestros ingresos son la suma de ahorro y consumo.

La finalidad del ahorro es tanto poder afrontar gastos que no podemos cubrir con nuestra renta tanto sin son imprevistos (cuando hay que reponer algo caro que se nos ha roto) como si son planificados (ahorrar para poder comprar un coche).

Evidentemente el ahorro no siempre es posible. Si los gastos son superiores a los ingresos, se consume el ahorro acumulado.

Generalmente nuestro ahorro lo depositamos en un banco por motivos como la seguridad (frente a un robo o un incendio), el transporte (disponibilidad de dinero en distintas localidades sin necesidad de llevarlo encima) o la comodidad (domiciliar los recibos en vez de ir a pagarlos a la oficina).

La inflación.

Ahorrar no es complicado si se tiene una renta superior a los gastos. Sin embargo, el ahorro tiene un enemigo: la inflación.

La inflación es el incremento que se da de los precios con el paso del tiempo. No entraremos aquí a determinar sus causas. Nos conformaremos con lo que todo el mundo sabe, es decir: que la inflación reduce la capacidad de compra que permite una cantidad de dinero, es decir, que una misma cantidad de dinero sirve para comprar menos cosas con el paso del tiempo.

Debido a la inflación nuestros ahorros pierden capacidad de compra, es decir, pierden valor. Este es el motivo por el cual la inflación es el enemigo del ahorro.

Los valores de la inflación en España en los últimos años han solido variar entre un 2 % y un 4 %. A corto plazo (unos pocos años) igual no lo parece porque la perdida no es muy grande, pero en unos pocos años más la perdida empieza a ser considerable. Al final de esta entrada lo veremos con un ejemplo.

En cualquier caso, pretendo resaltar lo que me imagino que sabe todo el mundo: el ahorro a largo plazo se ve seriamente deteriorado por la inflación. Por lo tanto, si queremos ahorrar a largo plazo es lógico preguntarse ¿Hay alguna forma de luchar contra la inflación y de que nuestros ahorros dejen de perder valor?

La inversión.

Invertir es dedicar un dinero o unos bienes en una actividad con el objetivo de incrementar el valor de lo invertido. Un ejemplo del todo el mundo suele tener experiencia es la inversión financiera en un banco: al depositar una cantidad de dinero durante un periodo de tiempo se obtiene finalmente el dinero invertido y una cantidad adicional.

Hay otras formas de inversión: comprar un piso y venderlo cuando se haya revalorizado, o alquilarlo para obtener una renta mensual. Otro modo es invertir en un negocio a cambio de una parte de los beneficios (o perdidas) o venderlo pasado un tiempo. También se puede invertir en arte esperando un incremento de su valor o en cualquier otro producto que sea del que se espere que suba su pasado el tiempo.

Lo común a todas las inversiones son tres parámetros:

1. Rendimiento esperado. Es decir, cuanto espero ganar.

2. Plazo. En cuanto tiempo espero ganarlo.

3. Riesgo. La incertidumbre sobre el rendimiento que espero obtener o sobre en cuanto tiempo espero obtenerlo. Mas concretamente podemos definirlo como la posibilidad de que el rendimiento obtenido por la inversión sea inferior al esperado.

Por ejemplo, en la inversión en un depósito financiero no hay incertidumbre, porque se establece desde el principio el plazo y el tipo de interés, es decir, el rendimiento. Sin embargo si compro una vivienda no se por cuanto la podré vender, aun cuando tenga una idea aproximada. Para resumir, el riesgo de una inversión es la posibilidad de que nos salga peor de lo que esperamos.

Fiscalidad y ahorro.


Los valores típicos de rentabilidad de los depósitos financieros (o cuentas remuneradas) en los últimos años en España han sido bastante parecidos a los de la inflación (entre un 2 % y un 4 %), aunque generalmente han sido inferiores.

Sin embargo, hay que tener en cuenta el efecto de la fiscalidad. Sobre el rendimiento obtenido de cualquier inversión hay que pagar un impuesto (cuyo valor depende de la naturaleza de la inversión). Actualmente en España las inversiones financieras están sujetas a un tipo mínimo de un 21 %, lo que quiere decir que como mínimo del dinero que nos den en forma de intereses el banco, el estado se quedara con dicho porcentaje. Los rendimientos de los depósitos  una vez descontado el efecto de los impuestos suele estar por debajo de la inflación.

La fiscalidad la explicaremos más en detalle en siguientes entradas. De momento nos bastará con saber que reduce la ganacia de nuestras inversiones y que los depósitos financieros suelen tener una rentabilidad inferior a la inflación después de impuestos.

Conclusión.

En resumen, para luchar contra la inflación e intentar mantener el valor de nuestros ahorros es necesario invertir nuestro dinero. El objetivo siempre será conseguir una rentabilidad después de impuestos superior a la inflación (aunque no siempre sea posible). Esto es especialmente importante si nuestro horizonte de inversión es de largo plazo (unos 10 años o mas).

Los depósitos en bancos y las cuentas remuneradas nos ayudan a luchar contra la inflación, pero generalmente no permiten vencerla. Por ello, nuestra pregunta es ahora ¿hay alguna otra alternativa?